Sr. Jefe de Costas: Las gravas del rio Girona deben ir a la Almadraba

Información 11/10/2008
COSTAS
Vecinos de l´Almadrava piden el aporte de 12 millones de m3 de grava para recuperar la playa
M. J. MASCARELL
La Ley de Costas que amenaza con demoler centenares de viviendas del litoral español por ocupar dominio público marítimo-terrestre ya ha empezado a aplicarse con máxima dureza para los propietarios de casas en primer línea. Esta misma semana las imágenes de los desalojos del barrio Cho Vito, en el municipio tinerfeño de Candelaria, recuerdan que en Dénia está pendiente el deslinde de les Marines.
Los vecinos de Dénia, Els Poblets, El Verger y también de Pego (muchos tienen su segunda residencia en el litoral norte dianense) mantienen la lucha contra las intenciones del Ministerio de Medio Ambiente y le recuerdan que también la administración es responsable de la degradación de las playas. La asociación de vecinos de l'Almadrava de Els Poblets entiende que el nuevo deslinde debe estar orientado con criterios ambientales y sociales y, por tanto, su trazado deberá acometerse con el propósito de restituir las antiguas delineaciones de las propiedades de primera línea de mar con respecto a la playa natural antigua, la anterior a la grave regresión sufrida en el litoral a partir de los años 60. Por este motivo, desde el colectivo se pide una vez más que el ministerio recupere la originaria configuración del litoral y eso implica "restaurar una extensa duna formada por miles de toneladas de cantos rodados". De esta manera, algunas de las casas que van a derruirse amparándose en la Ley de Costas y que cuentan con más de 100 años de antigüedad, se mantendrían en pie porque el estado original del litoral no tiene nada que ver con el actual, en el que la erosión ha hecho estragos. El vicepresidente de la asociación vecinal, Pere Cardona, expuso al ministerio, a través de un escrito, que esta duna "estaba protegida de los temporales de otoño por millares de metros cúbicos de hojas de posidonia". Tal era la cantidad de hojas de esta fanerógama depositadas en la playa que, los labradores de los pueblos de alrededor, llevaban los sobrantes a sus establos para preparar las "camas" de los animales y utilizarla posteriormente como abono.

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