El puerto deportivo fantasma que le arruinó la vida al río que comparten Dénia y Els Poblets

17/08/2023 

En la primera década de este siglo se proyectó una faraónica dársena para 600 barcos con un volumen de negocio de 17 millones en el Girona, que debía ser navegable. La insólita idea jamás obtuvo licencia, pero dejó un proceso judicial por presunta estafa y un espigón que hoy es culpable de todos los males medioambientales

Los que se describen a continuación son tres momentos claves de la vida del río Girona, cuya salida comparten Dénia y Els Poblets. Curiosamente los tres se han producido en un mes de agosto.

1. Agosto de 2008: un puerto para un río navegable

El 26 de agosto de 2008, hace justo ahora la friolera de 15 años, el diario Levante publica que una empresa proyecta construir un puerto deportivo con 600 amarres en el cauce del río Girona. Según la noticia, del periodista Vicent Xavier Contrí, las instalaciones se ubicarían en el lado del Els Poblets, cuyo ayuntamiento ya ha recibido la documentación enviada por la mercantil, Marina Service.

Se trataba de una idea con tintes casi faraónicos. La firma contemplaba que las 600 embarcaciones tuvieran su salida al mar por el cauce del Girona hasta la playa de l’Almadrava. En el proyecto está previsto el dragado del cauce para que el agua del mar proporcionara el calado suficiente y así el río fuera navegable hasta la desembocadura. El lugar escogido pertenecía al último tramo del curso fluvial en una zona donde el lecho del Girona se ensancha, cerca del Camí Reial y a poca distancia del término municipal de Dénia.

Los impulsores de la obra pretendían conseguir 80.000 metros cuadrados de suelo agrícola para levantar las instalaciones y crear un puerto deportivo parecido al canal de la Fontana de Xàbia. La adquisición de estos terrenos -la mayoría huertos de naranjos- estaba sujeta a que las administraciones competentes otorgaran su permiso.

Sin embargo, esas licencias no llegarían nunca. El puerto jamás se construyó salvo un espigón fuera del río para proteger aquellas hipotéticas instalaciones. Esa escollera es una de los grandes protagonistas de esta historia.

2. Agosto de 2022: Juicio por presunta estafa

El puerto nunca llegó a realizarse pero en cambio provocó un farragoso proceso judicial. Un inversor denunció a la empresa por presunta estafa después de que perdiera los 98.000 euros que aportó para la dársena jamás ejecutada. El fiscal reclamaba para el promotor cinco años de prisión y la acusación particular, nueve. 

Sin embargo, la Audiencia de Alicante no vio estafa: en agosto del año pasado concluyó que el denunciante sabía que se embarcaba en una proyecto que entrañaba riesgo desde el momento en que su construcción no dependía exclusivamente de la voluntad del promotor sino de terceros. Con lo que «no compró humo ni fue estafado», afirmaba literalmente la sentencia, recurrible ante el TSJ. 

Pero más allá de este litigio, el juicio resultó interesante porque, según contó el diario Información, aportó muchos datos sobre la tramitación del puerto deportivo y su coyuntura política. Salió a relucir la abundante documentación «de las múltiples y costosas gestiones» que efectuó Marina Services para tratar de conseguir las autorizaciones, incluidas negociaciones con la Dirección General de Costas. Y que el proyecto debía generar un volumen de negocio de 17 millones de euros.

Según el citado rotativo, uno de los alcaldes de la época Salvador Sendra (del Bloc, ahora bajo la marca de Compromís), declaró en el juicio: advirtió al inversor de la denuncia que el Ayuntamiento de Els Poblets no iba a autorizar «de ninguna manera» la construcción de la dársena y que su abogado le aconsejó que no hiciera nada hasta que cambiara el color político del consistorio.

Lo cierto es que cuando el diario Levante dio a conocer el proyecto en 2008, el gobierno local Els Poblets era efectivamente de otro color -estaba gestionado por el PP y los independientes del PIREE– pero la promotora no obtuvo ninguna licencia pese a sus incontables gestiones. 

3. Agosto de 2023: Una pesadilla repetida una y otra vez

De aquel negocio fallido lo único que quedó es el espigón que sorprendentemente sí se ejecutó a pesar de que el proyecto nunca tuvo futuro garantizado.  Ahora, el Ayuntamiento de Dénia, por medio de su concejal de Playas, el socialista Pepe Doménech, considera que esa escollera es la gran culpable de la problema ecológico que desde hace años vive la desembocadura del río Girona y que ha provocado el hondo malestar de los vecinos a ambas partes del cauce: al actuar como una especie de barrera, provoca la acumulación de una cantidad fenomenal de posidonia. Toneladas y toneladas, como se ve en el vídeo. 

El gran peligro es que esa posidonia entre en el lecho del Girona, lo que supone todo un desastre para el río. Para evitarlo, desde hace tiempo los ayuntamientos de Dénia y Els Poblets se turnan para forjar un dique de cantos rodados que efectivamente contiene las algas pero que a su vez provoca que el río pierda su desembocadura al mar, originando así malos olores, mosquitos y peces muertos.

Y a su vez para evitar esto último, y en una especie de eterno círculo vicioso, los dos consistorios implicados abren de vez en cuando ese dique para que el río respire. Pero han de ser aperturas de escaso calado para que a su vez no penetre la posidonia en el cauce, con lo que la barrera se cierra de nuevo de manera muy rápida cuando hay un poco de oleaje o viento. Y vuelta a empezar: el río enseguida huele mal una vez más.

Hace ya tiempo que Dénia y Els Poblets se han hartado de una situación que en realidad no es de competencia municipal sino estatal: bien de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) o de Costas. Sin embargo ambas administraciones llevan años ignorando el problema y abandonando el  Girona a su suerte.

Ahora, el Ayuntamiento de Dénia ha dicho que ya está bien. Y aunque en un par de semanas realizará una limpieza en profundidad de la zona, exige una solución definitiva. Se la va a pedir a la Subdelegación del Gobierno, con la que concertará una reunión en septiembre, según anunció Doménech, para que por fin actúe «ya que se trata de su competencia, no de la nuestra».

En ese encuentro, el consistorio denier planteará la retirada del espigón que dejó aquel puerto deportivo fantasma, lo que aminoraría la concentración de algas en esta desembocadura y posibilitaría que la vida en el Girona no se arruine un agosto tras otro.

https://lamarina.eldiario.es/2023/08/17/puerto-deportivo-fantasma-girona-denia-els-poblets/

Comentarios